Telstar: el satélite que dio comienzo a la era de las comunicaciones globales

El satelite Telstar en el espacio

El Telstar 1, lanzado por la NASA a bordo de un cohete Delta desde Cabo Cañaveral (costa este del estado de Florida) el 10 de julio de 1962, fue el primer lanzamiento espacial patrocinado por entidades privadas. 

El 11 de julio de 1962 marcó un antes y un después en la historia de las telecomunicaciones. Ese día, el satélite estadounidense Telstar 1 realizó con éxito su primera transmisión de televisión a través del espacio, estableciendo el punto de partida de las comunicaciones satelitales modernas.

Esta primera transmisión no fue pública (consistió en la imagen de una bandera estadounidense ondeando frente a la estación terrestre de Andover, en Maine) allanó el camino para lo que, apenas dos semanas después, se convertiría en la primera retransmisión televisiva transatlántica en directo.

Primera transmisión pública por satelite

La histórica transmisión pública ocurrió el 23 de julio de 1962, cuando Telstar envió imágenes en directo desde Estados Unidos a Europa. Fue una colaboración sin precedentes entre empresas como NBC, CBS, ABC y CBC en América del Norte, y Eurovisión en Europa.

Millones de personas pudieron ver, por primera vez, imágenes en vivo desde el otro lado del océano: la Estatua de la Libertad, la Torre Eiffel, partidos de béisbol, segmentos de ciudades norteamericanas y hasta declaraciones del presidente John F. Kennedy, quien abordó temas económicos que influirían inmediatamente en los mercados globales.

Un satélite patrocinado por capital privado

Telstar fue un proyecto pionero tanto tecnológica como financieramente. Desarrollado por Bell Telephone Laboratories, con participación de AT&T, NASA, el GPO británico y el PTT francés, supuso una inversión de más de 50 millones de dólares, solo para la primera etapa experimental.

El proyecto fue financiado íntegramente por AT&T, que incluso pagó a la NASA por cada lanzamiento, independientemente de su éxito.

¿Cómo era el Telstar 1?

El satélite en sí era una esfera metálica de 87,6 centímetros de diámetro y 77 kilos de peso, estabilizada por rotación y recubierta de células solares que generaban hasta 14 vatios de energía.

El Telstar original contaba con un único transpondedor avanzado capaz de retransmitir datos, una señal de televisión o múltiples circuitos telefónicos combinados. Como el satélite giraba sobre su eje, necesitaba varias antenas distribuidas a lo largo de su «ecuador» para mantener una comunicación continua por microondas con la Tierra.

El satélite captaba señales de microondas a 6 GHz procedentes de estaciones terrestres. Luego, el transpondedor bajaba la frecuencia a 4 GHz, amplificaba las señales mediante un tubo de onda progresiva y las retransmitía en todas direcciones usando un conjunto cercano de cavidades más grandes. Además, una antena helicoidal se utilizaba para recibir señales de control enviadas desde la Tierra.

Comunicaciones desde la Tierra

Para recibir sus señales, se construyeron antenas gigantescas. La estación estadounidense en Andover contaba con una antena de cuerno de 177 pies, alojada en un radomo del tamaño de un edificio de 14 pisos.

Europa no se quedó atrás: Francia instaló su estación terrestre en Pleumeur-Bodou y el Reino Unido lo hizo en Goonhilly Downs, con la BBC coordinando las transmisiones y desarrollando equipos para convertir los estándares de video entre sistemas americanos y europeos.

Antena de cuerno para la comunicación con el Telstar 1

Corta vida útil del satelite

La Guerra Fría también dejó su marca en este hito tecnológico. Solo un día antes del lanzamiento de Telstar, EE. UU. detonó una bomba nuclear de gran altitud como parte del experimento Starfish Prime, que alteró severamente el cinturón de radiación de Van Allen.

Estas condiciones, empeoradas por pruebas soviéticas posteriores, acabaron dañando los delicados transistores del satélite, reduciendo drásticamente su vida útil. En febrero de 1963, Telstar 1 había dejado de funcionar.

Legado del Telstar 1

El 7 de mayo de 1963, se lanzó Telstar 2, casi idéntico al primero, que continuó con los experimentos de transmisión. Y para 1964, satélites como Relay (RCA) y Syncom (Hughes Aircraft) ya orbitaban con éxito, culminando en 1965 con el lanzamiento del Intelsat I (Early Bird), el primer satélite geoestacionario comercial.

Hoy, más de seis décadas después, Telstar 1 y 2 siguen orbitando la Tierra como recordatorios silenciosos del momento en que el mundo dio su primer gran paso hacia la comunicación global instantánea.


Fotos: Wikipedia (dominio público)

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